Juan van más allá del simple espectáculo. ¡Son reales! Pensar en Dios es reflexionar en la gloria, la majestad, la magnificencia de su persona; es meditar en un ser que no solo sobrepasa toda descripción imaginaria, sino uno que en verdad existe y es real. Nótese el panorama que esboza el autor al hablar sobre el resplandor de las piedras preciosas, los ancianos con coronas, los relámpagos y los truenos, el océano claro como el cristal, los cuatro seres vivientes llenos de ojos por delante y por
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